Hace 2 años

Ana, de Málaga

Por la mañana, cuando me dirigía al trabajo, me crucé con un camión que me sacó un poco de la vía en una carretera secundaria en mal estado y sin luz. Pisé algo y sentí un fuerte golpe. Un kilómetro más adelante, en un sitio donde había luz, paré y las ruedas aparentemente estaban bien. Al recoger el coche por la tarde, la rueda delantera derecha estaba desinflada.

Llamé a mi seguro MAPFRE y, antes de que llegara la grúa, estaba el taxi para trasladarme a mi y a mi hija, que casualmente, habíamos quedado a la salida del trabajo. El chico de la grúa me ayudó magníficamente y trasladamos el coche al taller. Era necesario un peritaje porque se había dañado la llanta, lo único que me intranquilizó fue que no me asegurasen que lo cubría mi seguro a todo riesgo. Al día siguiente, nos proporcionaron un coche de sustitución, pasó el perito, lo cubrió el seguro y final feliz.